El origen del 8 de marzo se remonta a principios del siglo XX, cuando las mujeres trabajadoras en fábricas y plantaciones alrededor del mundo comenzaron a protestar por mejores condiciones laborales, salarios justos y derechos básicos.
En 1909 un total de 15,000 mujeres trabajadoras de una fábrica marcharon por las calles de Nueva York exigiendo recortes de horarios, mejores salarios y el derecho al voto.
Según datos del Instituto Nacional de las Mujeres, cada 8 de marzo se conmemora en el mundo la lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos, y el cual se hizo oficial en 1975 por las Naciones Unidas.
Es un día para honrar los logros alcanzados, pero también para reflexionar sobre las brechas de género que persisten en áreas como el acceso a la educación, la participación política, la igualdad salarial y la violencia de género.
¿Por qué seguir luchando este 8M?
Datos de INMUJERES señalan que los delitos contra las mujeres que se siguen registrando en el país son los feminicidios pues sólo en México se registran en promedio 10 asesinatos de este tipo al día.
La desigualdad laboral es un fantasma que aún acecha a las mujeres en las distintas áreas laborales, limita su desempeño, los salarios aún son disparejos y las cargas domésticas se cargan más aún para las mujeres.
La tasa de participación económica de mujeres en México es del 44 % en comparación con el 76 % de los hombres.
Esta brecha económica refleja barreras estructurales y culturales que enfrentan las mujeres para acceder al empleo remunerado y alcanzar la independencia económica.
