A más de un mes de que la violencia del crimen organizado obligara a retirar a pasantes de Medicina de hospitales y clínicas rurales de Nuevo León, las condiciones de seguridad en la región no han mejorado, y el 70 % de los estudiantes se niega a regresar. Según fuentes de hospitales rurales, la asistencia sigue siendo baja, a pesar de los llamados de la Secretaría de Salud estatal para que los estudiantes de la UANL, la UDEM y el Tec concluyan su servicio social, requisito indispensable para graduarse. “Sólo regresaron pocos, de cada 10, quizá tres”, informó un directivo.
Pasantes afectados han denunciado la falta de garantías de seguridad y protocolos de acción por parte de las autoridades, señalando que no han recibido instrucciones claras para enfrentar situaciones de riesgo. “Desde hace un mes no nos han dado ni una solución”, cuestionó uno de los estudiantes, recordando que incluso hubo un enfrentamiento armado frente al Hospital General de Montemorelos la semana pasada, sin que los sistemas de alerta del hospital funcionaran adecuadamente.
El diario El Norte reveló que las universidades y autoridades habían retirado a los pasantes de municipios como Linares, Montemorelos y General Terán, inicialmente por una semana. Sin embargo, ante el riesgo constante, los estudiantes se mantienen firmes en su decisión de no regresar, subrayando la necesidad de protocolos efectivos que les brinden seguridad en las zonas rurales más afectadas por la violencia.