Un estudio de la Universidad de Pittsburgh ha revelado que los lectores no acostumbrados a la poesía son incapaces de diferenciar de manera confiable entre los versos generados por inteligencia artificial (IA) y los escritos por poetas famosos como Emily Dickinson o Shakespeare. En algunos casos, los participantes incluso valoraron mejor la poesía producida por IA, lo que sugiere que los lectores pueden confundir la complejidad de los versos humanos con las incoherencias propias de la tecnología.
Los investigadores indicaron que esta tendencia podría deberse a que los poemas generados por IA son más accesibles y sencillos de comprender, lo que lleva a los lectores a sobrevalorar su calidad. En un experimento, 1,634 personas fueron invitadas a evaluar poemas de autores clásicos y de IA, sin saber quién los había escrito. Los resultados mostraron que los participantes atribuían más fácilmente los poemas de IA a humanos, mientras que los versos considerados más complejos y profundos, que correspondían a poetas auténticos, eran menos apreciados.
En un segundo experimento, otro grupo de participantes evaluó los poemas según características como la calidad, la belleza y el ritmo. Los poemas generados por IA fueron mejor valorados en cualidades como el ritmo y la belleza, lo que llevó a que fueran identificados erróneamente como escritos por humanos. Los resultados sugieren que los lectores prefieren la poesía más accesible, y al no ser informados sobre la autoría, tendieron a valorar más positivamente los poemas generados por IA.