En una impactante acción de protesta, activistas de la organización Futuro Vegetal irrumpieron en la casa del futbolista argentino Leo Messi en Ibiza, pintando la fachada y compartiendo fotos en redes sociales. La propiedad, valorada en 11 millones de euros, se convirtió en el escenario de esta manifestación para destacar la urgencia de tomar medidas contra el cambio climático y cuestionar la responsabilidad de figuras públicas en esta lucha.
La protesta generó un intenso debate sobre la sostenibilidad y el impacto ambiental de las construcciones de lujo. Los activistas de Futuro Vegetal señalaron que mientras se construyen mansiones millonarias, la crisis climática cobra vidas en Baleares, donde entre 2 y 4 personas han muerto debido a la ola de calor. Su mensaje es claro: es necesario actuar ahora para asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
