Un juez federal de Texas anuló el jueves una política del presidente Joe Biden que permitía a ciertos inmigrantes indocumentados casados con ciudadanos estadounidenses solicitar la residencia sin salir del país. La medida, conocida como “Keeping Families Together” (Manteniendo a las familias unidas), buscaba facilitar la reunificación de familias y evitar largas separaciones, lo que ofrecía esperanza a alrededor de 500 mil personas en riesgo de deportación.
La decisión fue tomada por el juez J. Campbell Barker, quien consideró que la administración Biden había excedido sus atribuciones legales al implementar el programa. Según Barker, la iniciativa estiraba las leyes de inmigración “más allá de su punto de ruptura”, por lo que suspendió el programa a días de que los primeros solicitantes presentaran sus documentos en agosto. Este programa estaba diseñado para inmigrantes que llevan al menos una década en Estados Unidos y no representan un riesgo para la seguridad.
La medida llega en un contexto tenso, tras la reciente victoria de Donald Trump, quien ha prometido implementar políticas de inmigración más estrictas al asumir la presidencia en enero. Durante su campaña, Trump reafirmó su intención de realizar una “deportación masiva” y utilizó un discurso duro contra los inmigrantes, lo cual ha generado inquietud entre las familias que podrían verse afectadas por este cambio de gobierno.
El programa, además de brindar estabilidad a familias con miembros de estatus migratorios distintos, era un intento de mitigar los costos emocionales de la separación familiar. Sin embargo, la suspensión y la perspectiva de políticas migratorias más restrictivas generan un ambiente de incertidumbre para los inmigrantes que esperaban regularizar su situación bajo el plan de Biden.