Cerca de una docena de militares bolivianos fueron arrestados este jueves tras una movilización de soldados y vehículos blindados en la céntrica Plaza Murillo, frente al palacio presidencial en La Paz, considerada por el Presidente Luis Arce como un intento de golpe de Estado. La movilización, liderada por el General Juan José Zúñiga, quien fue arrestado la noche del miércoles, generó un clima de tensión en la capital.
La calma ha regresado a las calles de La Paz, donde el tráfico y las actividades comerciales han vuelto a la normalidad. Los supermercados abrieron sus puertas y las filas en las estaciones de combustible se han disipado. Simpatizantes del Presidente Arce realizaron una vigilia frente a la comisaría donde está detenido el General Zúñiga, exigiendo su encarcelamiento.
La rebelión militar provocó pánico entre la población, recordando la crisis política de 2019, lo que llevó a muchos a abarrotar los mercados, estaciones de combustible y bancos el día anterior. Sin embargo, el jueves la Plaza Murillo, donde el General Zúñiga llegó con soldados armados, permanecía en relativa normalidad, con un contingente policial resguardando el palacio presidencial en ausencia de los guardias militares habituales.
En la vecina ciudad de El Alto, algunos vecinos salieron a cortar una avenida en protesta contra el supuesto golpe de Estado, aunque el tráfico entre ambas ciudades se mantuvo normal. La tranquilidad también se reflejó en los principales cuarteles y terminales terrestres de La Paz, que operaban sin alteraciones, según informes de los canales de televisión locales y declaraciones de trabajadores del transporte.
