Ucrania utilizó misiles ATACMS, proporcionados por EE.UU., para atacar una instalación militar en Briansk, Rusia, según medios estatales rusos. El ataque, ocurrido en la madrugada, marca la primera operación con este armamento tras la autorización de Washington. Moscú lo calificó como una “escalada directa” e insinuó posibles represalias.
El Kremlin, a través de su portavoz María Zajárova, condenó la acción y advirtió sobre una “respuesta apropiada” a lo que considera una implicación activa de EE.UU. en el conflicto. Ucrania, por su parte, defendió el ataque, argumentando su derecho a golpear objetivos militares en territorio ruso.
Este incidente ocurre en un contexto de intensos bombardeos rusos en Ucrania, incluido un reciente ataque en Odesa que dejó 10 muertos y afectó la infraestructura energética del país. La situación tensa aún más las relaciones internacionales, con el Consejo de Seguridad de la ONU discutiendo la creciente crisis.