Durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro este miércoles, el papa Francisco condenó la producción y el tráfico de drogas, afirmando que la reducción de la dependencia “no se consigue liberalizando su consumo”. El pontífice dedicó su discurso al Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, denunciando a los “traficantes de muerte” y enfatizando que la liberalización del consumo de drogas solo aumenta su uso.
Francisco subrayó la necesidad de poner fin a la producción y el tráfico de drogas, calificándolos de moralmente incorrectos y destacando su impacto destructivo tanto en las personas como en el medio ambiente, citando la cuenca amazónica como ejemplo. Además, instó a la sociedad a enfocarse en la prevención, educando a los jóvenes en valores y ofreciendo apoyo y esperanza a los necesitados.
El papa también llamó a la conversión de aquellos que distribuyen drogas a los jóvenes, calificándolos de criminales y asesinos, y resaltó los esfuerzos de la Iglesia, como la red de La Pastoral Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de Adicciones (PLAPA), en la lucha contra este problema global.