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Deporta EUA a mexicano… al sur de Sudán
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) defendió la decisión, alegando que “ningún país en el mundo” quería recibir a los deportados, a quienes calificaron como “monstruos”.

El gobierno de Estados Unidos deportó al ciudadano mexicano Jesús Muñoz-Gutiérrez, condenado por asesinato, a una locación no revelada en Sudán, a pesar de una orden judicial que prohibía su traslado sin permitirle apelar. La medida, que incluyó a otros siete migrantes con antecedentes penales graves, ha desatado un conflicto judicial y político entre la administración Trump y un juez federal.
El juez Brian Murphy calificó la acción como una “violación incuestionable” de su orden, la cual exigía que los migrantes tuvieran la oportunidad de objetar su deportación a un país distinto al suyo. “No veo cómo alguien puede decir que estos individuos tuvieron una oportunidad real de objetar,” señaló. Aunque no ordenó el regreso del avión, exigió que se realicen entrevistas adecuadas para evaluar los temores de persecución.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) defendió la decisión, alegando que “ningún país en el mundo” quería recibir a los deportados, a quienes calificaron como “monstruos”. Según el DHS, todos fueron expulsados bajo un acuerdo con un “tercer país seguro”, cuyo nombre no fue revelado por razones de seguridad.
El paradero de los migrantes sigue siendo incierto. Organizaciones defensoras de derechos humanos denunciaron una posible desaparición forzada, como en el caso de Nyo Myint, originario de Myanmar, cuyo abogado asegura no tener información sobre su ubicación. La defensa legal insiste en que el debido proceso solo puede garantizarse si los migrantes son devueltos a Estados Unidos.
La controversia sigue escalando mientras el juez Murphy prepara una nueva orden para definir cómo deben tratarse los casos pendientes, advirtiendo que la custodia no debe ser transferida a terceros países sin supervisión legal.
