Francia y los Países Bajos protagonizaron el primer empate sin goles de la Eurocopa, un resultado que deja a ambos equipos con muchas dudas, especialmente para el conjunto dirigido por Didier Deschamps. Sin Kylian Mbappé en el campo y con Antoine Griezmann fallando dos oportunidades claras, Francia no pudo superar a una selección neerlandesa bien organizada.
Francia necesitaba redimirse tras su decepcionante victoria por 1-0 ante Austria, pero las expectativas no se cumplieron. Mbappé, ausente debido a una fractura nasal, no pudo participar, lo que llevó a Deschamps a optar por un enfoque más conservador con la inclusión de Tchouaméni. El equipo, aunque mejoró en ciertos aspectos, siguió mostrando un juego plano y carente de efectividad en la delantera.
Por su parte, los Países Bajos casi repitieron una jugada histórica desde el saque inicial, pero Frimpong no logró concretar la oportunidad ante Maignan. A lo largo del partido, Gakpo fue el jugador más peligroso para los neerlandeses, con varias arrancadas que pusieron en aprietos a la defensa francesa. Sin embargo, ninguna de sus acciones culminó en gol, dejando a su equipo sin el premio deseado.
Griezmann, a pesar de ser uno de los mejores jugadores de Francia en el campo, falló en dos ocasiones cruciales. En una de ellas, se enredó con el balón justo frente a la portería, desperdiciando una oportunidad clara. Posteriormente, tras un cabezazo de Tchouaméni, volvió a trastabillarse en el último momento, evidenciando la falta de precisión del equipo galo.
El empate deja a ambas selecciones con cuatro puntos, prácticamente asegurando su clasificación para los octavos de final. No obstante, el partido expuso las carencias de Francia en la definición y la necesidad de mejorar su rendimiento si aspiran a llegar lejos en el torneo.