El nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, se comprometió este viernes a “reconstruir” el país después de que su partido laborista obtuviera una aplastante victoria en las elecciones legislativas, poniendo fin a 14 años de gobierno conservador. “El trabajo para el cambio comienza de inmediato. Pero no tengan ninguna duda, reconstruiremos el Reino Unido”, declaró Starmer en su primer discurso desde la residencia oficial de Downing Street.
El líder laborista se reunió previamente con el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham, donde el monarca le pidió formar un gobierno y lo nombró oficialmente como primer ministro. Los laboristas ganaron 412 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, superando con creces el umbral de 326 para obtener la mayoría absoluta y gobernar en solitario. Por otro lado, los conservadores, liderados por el depuesto primer ministro Rishi Sunak, obtuvieron solo 121 escaños, su cifra más baja desde 1834.
Starmer, exabogado de derechos humanos de 61 años, recibió el apoyo de una multitud en su llegada a Downing Street. En su discurso, afirmó que el país ha votado decididamente por el cambio y la renovación nacional, después de más de una década de gobiernos conservadores. La victoria laborista no solo marca un giro político significativo, sino que también resalta el deseo de los votantes de regresar a una política orientada al servicio público.
A pesar de su victoria, Starmer no logró superar el récord de 418 diputados laboristas obtenido por Tony Blair en 1997. Sin embargo, su enfoque hacia una gestión cautelosa de la economía y la potenciación de los servicios públicos ha sido bien recibido. En contraste, Rishi Sunak anunció su dimisión como líder del Partido Conservador, reconociendo la necesidad de un sucesor que pueda revitalizar una formación política que ha estado marcada por luchas internas y una profunda crisis.
