La marcha conmemorativa por los 10 años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa arribó al Zócalo de la Ciudad de México, encabezada por los padres de familia. A su llegada, denunciaron la colocación de barreras de concreto que dificultaron su paso, lo que consideraron un intento de boicotear la manifestación.
Isidro Vicario, vocero de los familiares, y Vidulfo Rosales, abogado de las víctimas, lamentaron la postura del gobierno al poner obstáculos que impidieron su ingreso al Zócalo, acusando al Estado mexicano de no haber cumplido con su compromiso de esclarecer la verdad y garantizar justicia.
Durante la protesta, los padres expresaron su indignación hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, acusándolo de traición y de encubrir a las fuerzas armadas, quienes, según ellos, son responsables de la desaparición forzada.
Simultáneamente, un grupo de encapuchados realizó destrozos y actos vandálicos en varias partes del recorrido, mientras que los padres instalaban un memorial en Reforma y Bucareli, exigiendo justicia y la presentación con vida de sus hijos y de más de 120 mil personas desaparecidas en México.
