En menos de cuatro meses, Monterrey ha registrado 1,200 nuevos baches, elevando el total anual a 3,089, según el Centro de Integración Ciudadana (CIC). La tormenta tropical Alberto, junto con intensas lluvias, ha exacerbado la situación, con casi el 40% de los baches apareciendo desde junio. El problema se agrava con la transición municipal inminente, dejando a los actuales alcaldes con poco tiempo para reparar y a los nuevos ediles sin recursos suficientes para abordar la crisis.
Activistas y expertos critican la falta de mantenimiento adecuado y el uso de material de baja calidad en las reparaciones, lo que agrava el deterioro de las calles. La falta de un Plan Integral de Movilidad Urbana y la percepción de corrupción en la asignación de contratos de bacheo han intensificado el malestar ciudadano, convirtiendo los baches en el principal problema de servicios públicos en Monterrey, según encuestas del Inegi.