El papa Francisco presidió la misa de la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, en lugar de asistir al vía crucis del Coliseo, debido a preocupaciones por su salud.
Durante la ceremonia, pidió que se aleje la desesperación para los pueblos afectados por el mal y la injusticia.
En su homilía, mencionó los desafíos que enfrenta la humanidad y destacó el papel de Jesús como luz que guía hacia la vida eterna.
La celebración incluyó la bendición del fuego, el encendido del cirio pascual y la procesión en oscuridad antes de la misa ante miles de fieles. Además, el papa bautizó a ocho adultos de diferentes nacionalidades.
La ausencia del baldaquino de San Pedro, cubierto por restauración, marcó esta Semana Santa vaticana.
Aunque el papa no asistió al vía crucis en el Coliseo el viernes, tanto esta celebración como la misa de Resurrección del Domingo se llevaron a cabo según lo programado.