El expresidente Donald Trump, quien asumirá la presidencia de Estados Unidos en enero de 2025, afirmó en una entrevista con NBC que una de sus principales prioridades será reforzar la seguridad fronteriza y llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Según Trump, este esfuerzo no tiene “precio” cuando se trata de expulsar a personas involucradas en delitos graves y narcotráfico, y declaró que no permitiría que “se queden aquí”.
Durante la campaña, el republicano fue criticado por organizaciones civiles y exfuncionarios que señalaron las complicaciones logísticas y financieras de una deportación a gran escala, además de expresar su preocupación por el respeto al debido proceso. Sin embargo, Trump defendió su postura, matizando que su gobierno también apoyará la inmigración legal y no impedirá el acceso de personas que ingresen de manera ordenada.
Trump ha reiterado que los inmigrantes que cruzan la frontera están ligados a delitos, e incluso sugirió que el índice de criminalidad en Venezuela ha bajado porque algunos delincuentes han emigrado hacia Estados Unidos, en una retórica que ha sido ampliamente cuestionada por defensores de los derechos de los migrantes.