A partir de este lunes, Australia ha puesto en vigor una nueva ley conocida como “derecho a la desconexión”, diseñada para proteger a los empleados de la intromisión laboral en su vida personal. La normativa permite a los trabajadores ignorar mensajes, correos electrónicos y llamadas de sus empleadores fuera del horario laboral, sin temor a represalias.
La ley surge en respuesta a la creciente tendencia, acelerada por la pandemia de COVID-19, de difuminar las líneas entre el trabajo y la vida hogareña. Según el profesor John Hopkins de la Universidad Tecnológica de Swinburne, antes de la era digital, no existía tal invasión en la vida personal de los empleados, quienes podían desconectar al finalizar su jornada laboral.
Sin embargo, hoy en día es común recibir comunicaciones laborales fuera de horario, incluso durante las vacaciones.
En 2023, los australianos trabajaron en promedio 281 horas extras no remuneradas, lo que representa un valor estimado de 130 mil millones de dólares australianos (88 mil millones de dólares). La nueva ley coloca a Australia junto a otras dos docenas de países, principalmente en Europa y América Latina, que han adoptado legislaciones similares.
Francia, por ejemplo, implementó reglas en 2017 y multó a una empresa en 2018 por exigir que un empleado mantuviera su teléfono encendido fuera del horario laboral. En Australia, la ley permite a los empleadores contactar a sus trabajadores en casos de emergencia o trabajos con horarios irregulares, pero los empleados pueden negarse a responder si es razonable hacerlo. La Comisión de Trabajo Justo (FWC) será la encargada de determinar la razonabilidad de dichas negativas.
A pesar de las preocupaciones de la Australian Industry Group, que teme que la ley genere confusión y reduzca la flexibilidad laboral, la presidenta del Consejo Australiano de Sindicatos, Michele O’Neil, considera que la ley evitará que los trabajadores paguen el precio de una mala planificación por parte de la dirección. O’Neil citó el caso de un empleado que recibió un mensaje para regresar al trabajo pocas horas después de terminar un turno a medianoche como un ejemplo de la necesidad de esta ley.
Con esta normativa, se espera que los empleadores reflexionen antes de enviar comunicaciones fuera del horario laboral, asegurando que los empleados puedan disfrutar de su tiempo libre sin interrupciones.