El expresidente y actual candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, realizó este domingo una curiosa parada en un restaurante McDonald’s en las afueras de Filadelfia, Pensilvania.
Durante su visita, Trump, con delantal puesto, cocinó papas fritas junto a empleados del local y entregó pedidos a través de la ventanilla de autoservicio, en un intento por conectar con la clase trabajadora en un estado clave para las elecciones de 2024.
En su intervención, Trump arremetió contra la vicepresidenta Kamala Harris, acusándola de haberse inventado su experiencia laboral en la cadena de comida rápida. “Amo McDonald’s, amo los empleos, pero creo que es inapropiado que alguien diga que trabajó aquí si no es cierto”, declaró el candidato republicano.
Harris ha afirmado en ocasiones anteriores que trabajó en un McDonald’s en Alameda, California, durante el verano de 1983, atendiendo la caja y cocinando papas fritas para costear sus estudios en la Universidad de Howard, en Washington D.C. Sin embargo, Trump ha puesto en duda esta versión sin ofrecer pruebas. La vicepresidenta suele compartir esta historia para demostrar su cercanía con los trabajadores y desmarcarse de Trump, un millonario heredero.
Ian Sams, portavoz de Harris, desestimó las acusaciones del expresidente. “Trump no entiende lo que significa tener un trabajo de verano porque heredó millones que luego desperdició”, comentó Sams.
Esta no es la primera vez que Trump difunde afirmaciones controvertidas sobre sus oponentes. En el pasado, fue uno de los principales promotores de la teoría conspirativa que sugería que el expresidente Barack Obama no había nacido en Estados Unidos.
Mientras tanto, McDonald’s ha evitado confirmar si Harris realmente trabajó en uno de sus restaurantes hace 40 años, dejando la polémica abierta. El incidente refleja la creciente tensión en la campaña electoral, que apunta a ser una de las más reñidas de los últimos años.
