Roxana Ruiz, la mujer acusada de matar a su violador ha sido condenada por homicidio a una pena de seis años y dos meses de prisión. La jueza Mónica Palomino del Poder Judicial del Estado de México determinó que la mujer de 23 años es culpable de hacer un “uso excesivo de la legítima defensa”, aun cuando el tribunal reconoció que Ruiz había sido víctima de violación. La jueza le ha dicho a la mujer que con “un golpe en la cabeza” era suficiente para defenderse.
La magistrada impuso también una multa de reparación del daño material de 196.267 pesos y una reparación del daño moral de 89.620 pesos que deberán ser entregados a la familia del agresor. “Me siento triste, decepcionada de la justicia”, ha dicho Ruiz al salir de la audiencia. “Si yo no me hubiera defendido estaría muerta”, ha afirmado ante los medios y las personas que han ido a acompañarla a las afueras del tribunal en el municipio de Nezahualcóyotl, uno de los más peligrosos para ser mujer de México. Desde 2015 en ese municipio existe una alerta por feminicidios y otra por desapariciones desde 2018.
IMPUGNARÁN PENA
El abogado de Roxana, Ángel Carrera, ha señalado que impugnarán la pena. La defensa tiene 10 días para presentar el recurso. Por el momento la mujer no entrará en prisión hasta que no se resuelva ese amparo. La defensa propia es un atenuante del delito de homicidio. En el Estado de México, las sanciones por este motivo van desde la detención por seis meses a los siete años de prisión.
Varios grupos feministas que han acompañado el proceso de Roxana estos últimos años han denunciado la falta de perspectiva de género del tribunal. “Ninguna mujer debe ser encarcelada por defender y salvaguardar la vida que el Estado no garantiza”, han señalado desde la colectiva ‘Nos Queremos Vivas Neza’.
La mujer llevaba viviendo siete años en el municipio de Nezahualcóyotl, a donde había migrado desde Oaxaca en busca de trabajo. Roxana consiguió trabajo en un puesto de papas fritas frente a una tienda de conveniencia. En mayo de 2021 fue detenida por asesinar con una playera a un hombre que la agredió sexualmente en su casa. Aunque le contó a la policía lo que había sucedido y que actuó en defensa propia, la mujer siempre ha relatado que las autoridades del Estado de México no tomaron en cuenta su testimonio sobre los abusos. “Les dije que sí lo había asesinado”, escribió en 2021 en una carta desde el centro penitenciario Bordo de Xochiaca. “Insistí en que fui violada, pero nunca me realizaron pruebas (…), no tomaron fotografías, no tomaron en cuenta mi declaración”, insistía en el escrito.