Un equipo de paleontólogos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina ha descubierto fósiles de una nueva especie de dinosaurio carnívoro en la formación geológica La Colina, ubicada en el norte de Chubut, en la Patagonia central. Este hallazgo, liderado por más de 70 investigadores del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, se inscribe en el proyecto “El Fin de la Era de los Dinosaurios en Patagonia”, apoyado por la National Geographic Society, que estudia el final de la era de los dinosaurios en esta región durante los últimos 15 millones de años del periodo Cretácico.
El nuevo dinosaurio, bautizado como Koleken inakayali, toma su nombre del idioma de los tehuelches, donde “Koleken” significa “que proviene de las arcillas y el agua” y “inakayali” hace referencia al cacique tehuelche Inakayal, líder indígena de la región. Koleken inakayali pertenece a la familia de los abelisáuridos, conocidos por ser una de las principales familias de dinosaurios carnívoros del antiguo Gondwana. Este es el segundo dinosaurio de esta especie descubierto en la Formación La Colonia, datando de hace aproximadamente 69 millones de años.
Los fósiles de Koleken inakayali incluyen varios huesos del cráneo, una serie casi completa de huesos de la espalda, una cadera completa, varios huesos de la cola y las piernas casi completas. Estos restos han permitido a los investigadores identificar características distintivas, especialmente en su cráneo, que lo diferencian de otros abelisáuridos como el Carnotaurus sastrei. A diferencia de este último, Koleken inakayali es de menor tamaño y carece de cuernos en el cráneo, lo que ofrece una visión más detallada de la diversidad morfológica dentro de su familia.
Según Diego Pol, paleontólogo líder del proyecto, este descubrimiento arroja luz sobre la diversidad de terópodos abelisáuridos en la Patagonia antes del evento de extinción masiva. Ian Miller, director de ciencia e innovación de National Geographic Society, destacó la importancia del hallazgo, afirmando que “promueve significativamente nuestra comprensión científica de la era de los dinosaurios”. Este descubrimiento sugiere que los abelisáuridos eran más diversos de lo que se pensaba y que varias especies de carnívoros coexistían en el mismo ecosistema antes de su extinción.