Cientos de indígenas mayas tzotziles se manifestaron en Chiapas para exigir un freno al narcotráfico y una mayor acción de las autoridades ante la creciente violencia en la región.
La protesta, encabezada por el colectivo Pueblo Creyente, tuvo lugar en el municipio de Chalchiuitán, uno de los más afectados por la presencia de cárteles de la droga, donde los manifestantes demandaron el cierre de cantinas que funcionan como puntos de venta de drogas y una ley seca en todo el municipio.
Pedro Velazco, vocero del colectivo, leyó las demandas de los manifestantes, que también incluyeron atención a los desplazados por la violencia y justicia para los activistas indígenas asesinados.
Los pobladores de Chalchiuitán, uno de los municipios más pobres de Chiapas, denunciaron el abandono del campo, la presencia de grupos paramilitares y la baja escolaridad entre los jóvenes, lo que los empuja a migrar hacia el norte de México, Estados Unidos o Canadá en busca de oportunidades.
Rufina Pérez, defensora de los derechos de las mujeres desplazadas, describió la situación de “agonía” que viven debido a la inacción de las autoridades locales y estatales.
La manifestación coincidió con la visita de la candidata presidencial de Digamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, quien ofreció apoyo a los pueblos indígenas durante su gira por Chiapas.
La protesta fue liderada principalmente por indígenas mayas tzotziles, quienes portaban pancartas con consignas como “¡Que viva la paz!” y “Alto a la violencia partidista”.
La región ha experimentado un aumento en la violencia en los últimos tiempos, con denuncias de despojo de tierras, amenazas de muerte, desplazamiento forzado y asesinatos, particularmente en comunidades afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Este clima de violencia se ha agravado con la presencia de cárteles del narcotráfico y el proceso electoral, lo que ha provocado homicidios, desapariciones y desplazamientos forzados en varios municipios de Chiapas.
