Namibia se enfrenta a la peor sequía en un siglo, lo que ha llevado al Gobierno a tomar una drástica medida: sacrificar 723 animales salvajes para distribuir su carne entre la población. La sequía extrema, que llevó al país a declarar estado de emergencia en mayo, ha provocado una crisis alimentaria que amenaza la seguridad de miles de personas.
El Ministerio de Medio Ambiente, Silvicultura y Turismo de Namibia anunció que las especies seleccionadas incluyen cebras, elefantes, búfalos, y otros animales que serán cazados por profesionales y empresas dedicadas a safaris. La medida no solo busca alimentar a la población, sino también reducir el riesgo de conflictos entre humanos y fauna en busca de agua, y aliviar la presión sobre los recursos naturales en parques nacionales.
Hasta ahora, ya han sido abatidos 157 animales en varios parques nacionales del país. Con esta acción, las autoridades pretenden mitigar el impacto de la sequía y evitar un mayor deterioro de los ecosistemas afectados.