la pieza a la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El objeto –de conformidad con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos– forma parte del patrimonio cultural de México, señalaron las dependencias.
Agregaron que gracias a la investigación y dictamen elaborado por los especialistas del INAH y los argumentos jurídicos expuestos por la representación diplomática en Alemania se logró “la restitución voluntaria del bien que se encontraba en posesión de una tienda de antigüedades”.
Se trata, dijeron, de un objeto cultural propiedad de la nación mexicana, elaborado en las tierras bajas del norte de Yucatán, durante los periodos Clásico Tardío y Posclásico Mesoamericano (750-1244 d.C.), muy similar a las estructuras de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán, México.
El relieve tallado en roca “formó parte de un muro de cráneos labrados, que evoca al Tzompantli, nombre dado a las palizadas o estructuras de madera en las que se colocaban hileras de cráneos humanos de guerreros o prisioneros que eran sacrificados en las ceremonias, como parte de los rituales religiosos en Mesoamérica”.
La restitución de esta pieza arqueológica, señalaron, constituye una muestra del trabajo del Gobierno mexicano, y el éxito de la estrategia legal del equipo jurídico de la Cancillería, en la identificación y restitución del patrimonio del país que se encuentra en el extranjero, así como la lucha contra el tráfico de bienes culturales y la cooperación internacional para la conservación del pasado histórico de las naciones.